Funcionarios de alto rango del Departamento de Estado de Estados Unidos han elaborado planes para cerrar una decena de consulados en el extranjero antes de este verano y están considerando la posibilidad de cerrar muchas más misiones, en lo que podría suponer un duro golpe para los esfuerzos del gobierno estadounidense por establecer alianzas y recabar información de inteligencia, según afirman funcionarios estadounidenses.
El Departamento de Estado también tiene previsto despedir a muchos ciudadanos locales que trabajan para sus cientos de misiones. Esos trabajadores constituyen dos tercios de la plantilla de la agencia, y en muchos países forman la base del conocimiento que los diplomáticos estadounidenses tienen de las regiones.
La reducción forma parte tanto del recorte general del gobierno federal del presidente Donald Trump como de su política exterior de “Estados Unidos primero”, en la que el país pone fin o recorta formas que solían ser importantes de ejercer influencia mundial, como la democracia, los derechos humanos y la labor de ayuda.
Las maniobras de recorte se producen en un momento en que China, principal rival de Estados Unidos, ha superado a ese país en número de puestos diplomáticos en el mundo. China ha forjado lazos sólidos con otra naciones, especialmente en Asia y África, y ejerce un mayor poder en las organizaciones internacionales.
Cualquier cierre generalizado de misiones, especialmente de embajadas enteras, obstaculizaría el trabajo de grandes partes del gobierno federal y comprometería potencialmente la seguridad nacional estadounidense.
Las embajadas albergan a funcionarios del ejército, los servicios de inteligencia, las fuerzas del orden, la salud, el comercio, el tesoro y otros organismos, que siguen la evolución de la situación en el país anfitrión y colaboran con los funcionarios locales para contrarrestar todo tipo de amenazas, desde el terrorismo hasta enfermedades infecciosas, pasando por el colapso de divisas.
La perspectiva de recortes generalizados ya ha generado cierta ansiedad dentro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés). La inmensa mayoría de los agentes encubiertos de inteligencia estadounidenses trabajan en embajadas y consulados, haciéndose pasar por diplomáticos, y el cierre de puestos diplomáticos reduciría las opciones de la CIA sobre dónde situar a sus espías.
Los recortes se producen en un momento en que el Departamento de Estado está sufriendo una hemorragia de altos cargos por dimisiones voluntarias, y una congelación de la contratación significa que la fuerza de trabajo se está reduciendo por desgaste. En un curso de cinco semanas destinado principalmente a diplomáticos de carrera de alto rango, incluidos embajadores, que deciden jubilarse, participan unas 160 personas, uno de los grupos más numerosos de funcionarios que se jubilan en los últimos tiempos, dijo un funcionario estadounidense.
Unos 700 empleados —450 de ellos diplomáticos de carrera— han presentado sus documentos de renuncia en los dos primeros meses de este año, dijo el funcionario. Se trata de un ritmo asombroso: antes de 2025, habían dimitido unas 800 personas en todo un año.
Los esfuerzos por recortar puestos diplomáticos y personal en el extranjero forman parte de una campaña interna para reducir el presupuesto de operaciones del Departamento de Estado, quizá hasta en un 20 por ciento, según dos funcionarios estadounidenses con conocimiento de la evolución de las conversaciones. Al igual que otras personas que hablaron para este artículo, hablaron de los planes delicados bajo condición de anonimato.
Los posibles recortes y las propuestas relacionadas podrían evolucionar a medida que continúe el debate interno.
El proceso ha sido acelerado por un equipo dirigido por Elon Musk, que se ha infiltrado en organismos públicos a la caza de lo que denomina despilfarro gubernamental. Un miembro del equipo, Edward Coristine, un joven de 19 años a quien se conoce públicamente como “Big Balls” (Bolas Grandes), está en el Departamento de Estado ayudando a dirigir los recortes presupuestarios en la agencia. El presupuesto y el número de empleados del departamento son ínfimos en comparación con los del Pentágono.
Un memorando que circula dentro del departamento propone cerrar una decena de consulados, principalmente en Europa occidental, según tres funcionarios estadounidenses que han visto o han sido informados sobre el memorando. Esta acción se produce mientras Trump distancia a Estados Unidos de sus aliados democráticos en Europa en favor de fortalecer las relaciones con Rusia.
Los 271 puestos diplomáticos de Estados Unidos en el mundo ya eran menos que los 274 de China, pero actualmente Estados Unidos tiene ventaja en Europa, según un estudio del Instituto Lowy.
El Departamento de Estado notificó el mes pasado de los cierres a dos comisiones del Congreso. Y el lunes, funcionarios del departamento informaron a las comisiones de que también tenían previsto cerrar un consulado en Gaziantep, Turquía, que ha sido un centro para que los funcionarios estadounidenses trabajen con los refugiados de la vecina Siria y con grupos de ayuda humanitaria en ese país.
Estos consulados son operaciones pequeñas, normalmente con uno o dos diplomáticos estadounidenses y una plantilla de ciudadanos locales. Pero ayudan a recopilar y difundir información en lugares alejados de las capitales, y expiden visados.
A mediados de febrero, el secretario de Estado, Marco Rubio, envió un memorando a los jefes de misión, que suelen ser embajadores, en el que les pedía que se aseguraran de que la dotación de personal en los puestos en el extranjero “se mantuviera en el mínimo necesario para poner en práctica las prioridades de política exterior del presidente”. También dijo que debían suprimirse todos los puestos que quedaran vacantes durante dos años, dijo un funcionario estadounidense que ha visto el memorando.
Un cable enviado desde Washington el miércoles a las misiones mundiales dice a todos los empleados que busquen “despilfarro, fraude y abuso”, la frase que Musk utiliza para justificar sus profundos recortes en todo el gobierno. Se les dice a los funcionarios que ayuden en la misión de Musk revisando todos los contratos que cuesten entre 10.000 y 250.000 dólares, dijo el funcionario estadounidense, quien ha visto el cable.
Eso podría contribuir a un recorte propuesto de hasta el 20 por ciento del presupuesto operativo del Departamento de Estado. El funcionario estadounidense dijo que se ha utilizado la expresión “recortes generales”, pero no está claro qué significa. Según una de las propuestas, el trabajo de las embajadas cerradas podría ser absorbido por otra embajada de la misma región o por un centro regional de misiones.
El plan de cerrar una decena de consulados, principalmente en Europa occidental, es más concreto. Funcionarios del Departamento de Estado han compartido una lista con el Congreso, aunque aún podría cambiar. La lista incluye consulados en Florencia, Italia; Estrasburgo, Francia; Hamburgo, Alemania, y Ponta Delgada, Portugal. También incluye un consulado en Brasil, según un funcionario estadounidense que ha visto la lista. Político ya había informado de algunos detalles de los cierres previstos.
“El Departamento de Estado sigue evaluando nuestra postura global para garantizar que estamos en la mejor posición para hacer frente a los desafíos modernos en nombre del pueblo estadounidense”, dijo la agencia en un comunicado el jueves, cuando se le preguntó por los diversos cambios propuestos.
En sus declaraciones a los empleados en su primer día en el departamento, Rubio dijo que valoraba al cuerpo diplomático, pero que “habrá cambios”.
“Los cambios no pretenden ser destructivos; no pretenden ser punitivos”, dijo. “Los cambios se producirán porque necesitamos ser una agencia del siglo XXI que pueda moverse, siguiendo un cliché que utilizan muchos, a la velocidad de la relevancia”.
Desde entonces, Rubio ha liderado recortes drásticos en la ayuda exterior y ha permitido que Musk y Pete Marocco, un político designado divisivo, despidieran o pusieran en licencia administrativa a miles de empleados de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés), organismo hermano del Departamento de Estado. Esto ha suscitado dudas entre los diplomáticos sobre el compromiso de Rubio.
El malestar de los diplomáticos se ve acrecentado por el hecho de que no han visto ninguna señal de que Rubio haya intentado oponerse a los esfuerzos de Trump por debilitar a la Ucrania democrática y abrazar a Rusia, lo que podría indicar un consentimiento más amplio con las directrices de la Casa Blanca. Los diplomáticos han tomado nota de una foto viral de Rubio con cara seria y encorvado en un sofá del Despacho Oval el pasado viernes, mientras Trump le hablaba con dureza a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania.
Los empleados de los Servicios Exterior y Civil del Departamento de Estado se preparan para unas rondas de despidos. El departamento tiene unos 80.000 empleados, de los cuales 50.000 son ciudadanos locales en el extranjero. Del resto, unos 14.000 son diplomáticos formados que rotan en el extranjero, denominados funcionarios y especialistas del Servicio Exterior, y 13.000 son miembros del Servicio Civil y trabajan principalmente fuera de Washington.
Los funcionarios de alto rango del departamento pidieron a los jefes de misión que presentaran, antes de mediados de febrero, una lista del número mínimo de ciudadanos locales que necesitarían para mantener las operaciones de la misión, dijo un funcionario estadounidense.
Los diplomáticos y funcionarios podrían ser expulsados mediante órdenes de reducción de personal, un mecanismo que los organismos gubernamentales pueden utilizar para despedir a trabajadores. Otro funcionario estadounidense dijo que este tipo de órdenes deben tener en cuenta la antigüedad y el rendimiento laboral.
En semanas recientes circuló por el departamento una lista de 700 funcionarios que podrían ser despedidos, pero hasta ahora solo se ha despedido a 18 que estaban en periodo de prueba, dijo un funcionario estadounidense.
De momento se ha echado atrás un intento de recortar trabajadores. A principios de febrero, el departamento emitió órdenes a las empresas contratantes para que pusieran fin al trabajo de 60 contratistas de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo. Las empresas pusieron a los trabajadores, entre los que había especialistas técnicos y de área, en licencia administrativa sin sueldo. Pero tras un debate interno, la oficina pidió a la mayoría o a todos ellos que regresaran esta semana.
Funcionarios de alto rango están debatiendo fusionar partes del departamento. Una propuesta reduciría, mediante una fusión, la oficina de democracia y derechos humanos, así como las oficinas de lucha contra el narcotráfico y de refugiados y migración. La oficina de ayuda exterior del departamento y los restos minúsculos de USAID quedarían bajo el mismo paraguas.
Los funcionarios también han propuesto fusionar algunas de las oficinas regionales del departamento. Estas están dirigidas por subsecretarios en Washington y supervisan la política y las operaciones en amplias zonas del mundo. Estas oficinas son fundamentales para la diplomacia estadounidense.
Edward Wong cubre los asuntos globales, las políticas internacionales estadounidenses y el Departamento de Estado. Más de Edward Wong
Mark Mazzetti es un periodista de investigación con sede en Washington DC, especializado en seguridad nacional, inteligencia y asuntos exteriores. Ha escrito un libro sobre la CIA. Más de Mark Mazzetti