Los dirigentes de muchos de los países más grandes de Europa acudieron el lunes a París en un esfuerzo por forjar una estrategia para su seguridad, mientras los enviados del presidente Trump se preparaban para las conversaciones con Rusia sobre el fin de la guerra en Ucrania, que no los incluyen.
La reunión de París se organizó de manera apresura tras la primera visita a Europa la semana pasada del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y del secretario de Defensa, Pete Hegseth, que dejó a los líderes europeos alarmados tanto por el tono como por el mensaje del nuevo gobierno de Trump y lo que eso podría deparar al continente.
Los europeos quedaron conmocionados por la hostilidad del mordaz discurso de Vance en Múnich, en el que criticaba que Europa excluyera del poder a los grupos de extrema derecha, y por los repentinos planes estadounidenses de iniciar conversaciones de paz con Rusia en Arabia Saudita, a partir del martes, sin la presencia de dirigentes ucranianos ni europeos.
Las reuniones con los nuevos funcionarios estadounidenses generaron el temor real de que Estados Unidos quiera retirar miles de soldados de Europa en una agenda que dejaría al continente vulnerable ante una Rusia agresiva, y de que Trump llegue a un acuerdo con Putin sin considerar a los ucranianos ni a los europeos.
“La seguridad de Europa se encuentra en un punto de inflexión”, dijo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea en X tras llegar a París el lunes. “Sí, se trata de Ucrania, pero también de nosotros. Necesitamos una mentalidad de urgencia. Necesitamos un aumento de la defensa. Y necesitamos ambas cosas ahora”.
La reunión, convocada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el Palacio del Elíseo, es un esfuerzo inicial para debatir una respuesta más coordinada y colectiva al gobierno de Trump. El Palacio del Elíseo dijo que Macron y Trump mantuvieron una llamada telefónica de 20 minutos antes de que comenzara la reunión.
En el orden del día en París: lo que los europeos están dispuestos a comprometer para garantizar cualquier acuerdo de paz sobre la guerra en Ucrania a corto y a largo plazo, las maneras de proteger el continente mientras este se enfrenta a una Rusia expansionista y la previsible retirada de la garantía de apoyo estadounidense.
Los líderes estarán en conversación sobre cuestiones como el gasto militar y cómo garantizar la seguridad de Ucrania una vez que se alcance algún tipo de alto al fuego permanente o acuerdo de paz, incluida la posibilidad de comprometer tropas en Ucrania.
Los funcionarios de Trump han dicho que esperan que los europeos sean responsables del principal apoyo financiero y militar a Ucrania en el futuro, pero existe una enorme vaguedad en torno a toda la situación. Los europeos quieren estar en la mesa de negociaciones, si es que se llega a realizar.
Keith Kellogg, enviado de Trump a Ucrania, molestó a los europeos en Múnich cuando dijo que eso no era realista y que preveía una reunión entre Rusia y Ucrania, con Estados Unidos como una especie de mediador. Si los europeos deben proteger y financiar a Ucrania, dicen, tienen derecho a participar en cualquier negociación.
Pero Kellogg admitió en Múnich que no existe un plan estadounidense fijo, sino que él y otros funcionarios están en “modo de escuchar”.
La reunión de París se produce el mismo día en que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, llegó a Riad, Arabia Saudita. El Departamento de Estado dijo que lo acompañarían Mike Waltz, asesor de seguridad nacional, y Steve Witkoff, enviado de Trump a Medio Oriente.
Se supone que discutirán con funcionarios rusos el futuro de la guerra entre Rusia y Ucrania, pero incluso esas conversaciones tratan más sobre cómo establecer futuras conversaciones de paz que sobre el fondo de las mismas.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se encontraba el lunes en los Emiratos Árabes Unidos para participar en una ruta de negociación con Rusia distinta de la del gobierno de Trump, centrada en el intercambio de prisioneros y la devolución de niños ucranianos desde Rusia.
Reiteró que Ucrania no aceptaría ninguna condición negociada entre Rusia y el gobierno de Trump sin la participación ucraniana, y confirmó que no habría representantes ucranianos en las conversaciones de Arabia Saudita.
“La cuestión de un contingente de mantenimiento de la paz se está debatiendo en Francia”, declaró Zelenski a los periodistas en Abu Dabi. “Emmanuel me dijo que compartiría todos los detalles. Si hablamos de un contingente de mantenimiento de la paz, ¿cuál será su tamaño? ¿Dónde se desplegará? ¿Qué países formarán parte de él? ¿Cómo estarán armados? Es crucial no perder a EE. UU. en este proceso de un modo u otro”.
Zelenski también dijo que, a la hora de llegar a un acuerdo con Rusia, “Europa debe estar en la mesa de negociaciones; no sé en qué formato, pero esto es muy importante para nosotros”.
Ivo Daalder, exembajador estadounidense ante la OTAN, quien se encontraba en Múnich, dijo que Zelenski aseguró en la reunión que los europeos “se han dado cuenta de que están juntos en este barco y ya no pueden depender de Estados Unidos, y que la preocupación de que Trump y Putin hagan un trato que los pase por alto es real”.
“Así que tienen que depender unos de otros, y los europeos tienen que decidir si dan un paso al frente para ayudar a los ucranianos a continuar la guerra, si el acuerdo propuesto es malo, o si abandonan a Kiev, lo que significaría apaciguar a Putin”, dijo Daalder. “Ahora se dan cuenta de que no tienen otra opción tangible y de que tienen que respaldar a Ucrania, y de eso trata esta reunión”.
Pero ya había fisuras. En las conversaciones de París participaron dirigentes de Alemania, el Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos y Dinamarca, así como el presidente del Consejo Europeo, la presidenta de la Comisión Europea y el secretario general de la OTAN.
Hubo críticas de Estados europeos de la línea del frente que no fueron invitados, y un funcionario báltico de alto rango afirmó que la iniciativa de Macron divide la unidad de la Unión Europea, y que la reunión debería haber sido convocada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y no por Macron.
“En público, los europeos dirán que todos debemos permanecer unidos, pero esta reunión selectiva no es un buen comienzo para una Europa unida en estas cuestiones”, dijo Mary Elise Sarotte, historiadora de la diplomacia que escribió un influyente libro sobre los primeros días de la expansión de la OTAN, Not One Inch.
Como hace a menudo, Macron aprovechó un vacío percibido en el liderazgo europeo para convocar esta reunión informal y hablar de una respuesta colectiva a lo que muchos perciben como una retirada estadounidense de décadas de responsabilidad de seguridad en Europa, para centrarse en Asia y en desafíos internos.
Macron ha hecho de los llamamientos en favor de una mayor soberanía y capacidad de autodefensa europeas una seña de identidad de su presidencia, que en ocasiones ha calificado de “autonomía estratégica”, menos dependiente de Washington.
Se espera que esta reunión sea la primera de muchas entre líderes europeos en las próximas semanas, dijo un asesor de Macron, añadiendo que las reuniones incluirían a otros países en el futuro.
“Los europeos debemos hacer más, hacerlo mejor y trabajar de forma coherente por nuestra seguridad colectiva”, dijo el domingo por la noche el asesor, quien insistió en mantener el anonimato, siguiendo con la práctica política francesa.
El domingo, el primer ministro británico, Keir Starmer, dijo en un artículo publicado en The Daily Telegraph que estaba “preparado y dispuesto a contribuir a las garantías de seguridad de Ucrania poniendo nuestros propios soldados sobre el terreno si fuera necesario”.
“Asegurar una paz duradera en Ucrania que salvaguarde su soberanía a largo plazo es esencial si queremos disuadir a Putin de nuevas agresiones en el futuro”, escribió Starmer.
Macron lleva meses hablando con los líderes europeos sobre la formación de una fuerza de amortiguamiento de alto al fuego en Ucrania que garantice el mantenimiento de cualquier acuerdo de paz con Rusia. Pero su idea original era que las fuerzas europeas estuvieran lejos de las líneas del frente, para ayudar a los ucranianos con entrenamiento y logística.
Los expertos militares han dicho que primero hay que decidir qué tipo de fuerza se necesita, con qué tipo de recursos, y qué ocurre si son atacados por Rusia. Por eso, los líderes europeos han dicho que deben tener garantías de la participación estadounidense, aunque no haya soldados estadounidenses sobre el terreno, para los sistemas de armas clave, defensa aérea, cobertura aérea, inteligencia por satélite y similares.
Pero todo eso dependería del tipo de acuerdo que surgiera y de si Ucrania lo aceptaría. Por eso, muchos otros dirigentes europeos han dicho que el debate es preliminar, si no prematuro.
Como dijo un exfuncionario de la OTAN, Camille Grand: “No se puede esperar razonablemente que los europeos proporcionen las garantías de seguridad para un acuerdo que ellos no estén negociando”.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo antes de la reunión que, aunque era necesario que los europeos se reunieran y prepararan decisiones, “nadie está planteando en estos momentos el envío de tropas a Ucrania, porque la paz sigue estando muy lejos”. Funcionarios alemanes han dicho a menudo que es prematuro discutir el envío de soldados a Ucrania.
También se espera que los líderes europeos discutan la aceleración de las capacidades de defensa europeas, ya que muchos creen ahora que Estados Unidos retirará decenas de miles de soldados estadounidenses de Europa.
Solo 23 de los 32 miembros de la OTAN gastan ahora al menos el 2 por ciento del PIB en defensa, más de una década después de comprometerse a hacerlo en 2014. Y la OTAN ha dejado claro que el 2 por ciento debe ser “un suelo, no un techo”, y que hay que gastar más. En la cumbre de la OTAN de este verano se fijará un nuevo objetivo de gasto, que probablemente será del 3 o del 3,5 por ciento.
Andrew E. Kramer colaboró con la reportería desde Kiev, Ucrania, y Edward Wong desde Washington, D. C.
Catherine Porter es reportera internacional del Times y cubre Francia. Está radicada en París. Más de Catherine Porter
Steven Erlanger es el corresponsal diplomático principal en Europa, y está radicado en Berlín. Ha reportado desde más de 120 países, incluidos Tailandia, Francia, Israel, Alemania y la antigua Unión Soviética. Más de Steven Erlanger